Reseña
Cuarta y última novela de la serie protagonizada por Ane Cestero.
En esta novela, Ibon Martín nos traslada a la zona de las minas en los Montes de Hierro, donde la atmósfera, el clima y las nieblas crean un ambiente propicio en el que las leyendas y las costumbres ancestrales de esa parte de Bizkaia forman un ambiente frío y sobrecogedor.
Las minas llevan muchos años cerradas, pero vuelven a la actualidad al aparecer un cadáver. Teresa Echegaray era miembro de la familia propietaria de las minas y ahora pretenden abrirlas. Pero los habitantes de la zona han perdido a muchos familiares y hay mucho rencor en las gentes.
Julia, agente del equipo de la Ertzaintza que investiga ese crimen, se verá afectada particularmente por algo de su pasado. Y pide ayuda a Ane Cestero, que ya no forma parte del cuerpo policial de la Ertzaintza.
Dos tramas, dos historias que se entremezclarán y que hacen de esta novela una lectura imparable.
El autor es un experto en las descripciones, en plasmar ambientes muy especiales que atrapan al lector y lo trasladan fácilmente al País Vasco y a sus leyendas.
Me ha gustado esta novela y echaré de menos a Ane Cestero, una mujer fuerte que también ha sufrido y que, a pesar de su gran vocación policial, ya ha puesto un rumbo distinto a su vida.