Reseña
Tercer tomo de esta inquietante saga de Blackwater. Y aunque al lector le da la sensación de leer una obra muy tranquila, no sé qué tiene que una vez que la empiezas ya no puedes dejar de leerla. El autor es un mago en ese sentido, ya que va tejiendo una historia con una familia, los Caskey, en la que van sucediendo una serie de hechos que mantienen en vilo al lector.
El enfrentamiento entre dos de las mujeres destacadas de la familia, Elinor y Mary-Love, esposa y madre de Oscar Caskey, respectivamente, hace que cada vez que hablen o piensen una en otra salten chispas.
La casa donde vive el matrimonio joven, regalo de la madre, se convierte en el centro de esta tercera parte de la novela. El lector va descubriendo rincones y situaciones llenas de tensión repartidas de principio a fin.
La pequeña Frances, segunda hija de Oscar y Elinor (Miriam, la mayor, vive con la abuela), es una niña asustada por algo que descubre en una habitación.
No puedo contaros más porque la obra se desarrolla en seis partes y no quiero dar pistas.
La edición, como he contado en las reseñas de los dos anteriores, es una preciosidad, con portada y contraportada espectaculares y además contiene mapas y un cuadro genealógico de la familia que se va actualizando.
¿Qué ocurrirá en la siguiente entrega? Os recomiendo leer la serie. ¡Me tiene atrapada en sus redes!