Autor: Christopher MorleyTítulo: La librería ambulanteGénero: Feelgood
Año de publicación: 1917
Valoración:
Reseña
¡Qué novela tan preciosa! Me ha encantado, y se lee en un par de ratos, porque solo tiene 182 páginas.
El autor nos lleva a los años 20, en Estados Unidos, donde todavía había carromatos llenos de cualquier tipo de productos, unos paisajes maravillosos y zonas rurales de vida tranquila. La protagonista es una mujer, Helen, que decide comprar la librería ambulante del señor Mifflin porque está harta de su vida aburrida y monótona.
Es una lectura agradable, que te hace tener una sonrisa permanente mientras lees la novela, que se puede encuadrar en las llamadas novelas "feelgood". Los personajes son deliciosos y se habla de muchos temas, aunque los libros y lo que nos pueden ayudar y enseñar, son uno de los más destacados.
Situaciones divertidas, diálogos entretenidos, el ambiente rural de la época, el olor de los libros y del pan recién hecho... todo se lee y se disfruta. Todo ello y el amor que se va fraguando entre los dos personajes principales, hacen de esta pequeña novela una gran obra literaria. Os la recomiendo sin ninguna duda.
Sinopsis
Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo.
A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.
Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules.
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