Reseña
Desde que comencé a leer las novelas de Agatha Christie en mi adolescencia, siempre he tenido cerca alguna de ellas para leerlas de nuevo o conocer una nueva historia de intriga. Con este tipo de novelas sabes que te lo vas a pasar muy bien, que hay un crimen y un montón de sospechosos, que hay muchos diálogos con teorías e hipótesis sobre ese hecho, y que el principal investigador no suele ser un policía.
En el caso de "El tren de las 4:50" la persona que inicia la investigación es una adorable abuelita llamada Jane Marple, que es inteligente, perspicaz y con unos argumentos que, en ocasiones, deja a la policía sin habla. Una de sus amigas (otra abuelita con la que suele tomar el té), viajando en tren, presencia cómo un hombre estrangula a una mujer en un vagón del tren con el que se cruza en el que está como pasajera. Y ese es el inicio de esta novela de intriga, misterio, sospechosos, investigación y mucho té.
Una obra muy entretenida, muy bien desarrollada y con el estilo tan característico de la gran escritora y dramaturga británica, que hace que el lector también se convierta en detective. No os cuento más para no dar ninguna pista...