Reseña
De nuevo Ibon Martín me ha atrapado con esta impresionante novela, tercera de la serie de la suboficial de la Ertzaintza, Ane Cestero. La primera fue "La danza de los tulipanes", y la segunda "La hora de las gaviotas", magníficas novelas que os recomiendo leer. Y esta serie se puede decir que tiene sus cimientos en la saga de "Los crímenes del faro".
Pero vamos a lo que vamos. Nos encontramos en esta ocasión con una novela con una trama muy original que te atrapa desde la primera página. La tensión y la intriga están asegurados. Se están cometiendo unos terribles crímenes que reproducen las figuras que Oteiza esculpió para la fachada de la basílica de Arantzazu. Además, el asesino realiza una copia del rostro en el momento de la muerte.
A la protagonista, Ane Cestero, y a su equipo, les va a tocar enfrentarse con un asesino que sigue unos rituales basados en las leyendas y los mitos vascos.
Ibon Martín es un especialista en plasmar en sus novelas ese clima tan peculiar del País Vasco, con sus bosques, rios, montañas, lluvia, niebla,... El silencio y ese clima envuelven tanto al lector como a los protagonistas, haciendo que la obra se convierta en un thriller espeluznante. Cestero (personaje que en esta novela está mucho más desarrollado) y la Unidad de Homicidios de Impacto de la Ertzaintza, tendrán que enfrentarse en esta ocasión a alguien muy oscuro.
No os cuento más. Es una novela con una trama cuya acción va "in crescendo" y que logra mantener el interés y la fascinación por esta historia de principio a fin. Muy recomendable su lectura, y la de la serie, como os he comentado al principio de mi reseña.