Reseña
Esta novela histórica ambientada en los Países Bajos es casi más un ensayo histórico (por supuesto, desde el punto de vista neerlandés: los católicos y los españoles son los malotes), que una novela.
Lo primero que me llamó la atención de este libro fue la portada. Es el cuadro titulado "Muchacha leyendo una carta", del pintor holandés Johannes Vermeer, uno de mis artistas favoritos. La novela es entretenida, aunque la historia de la protagonista se pierde muchas veces en la narración que hace la autora del contexto histórico y de los hechos que ocurrieron en 1552 y los siguientes años. A través de Lideweij, la protagoniasta, vemos el proceso del auge del protestantismo en los Países Bajos y el levantamiento de la casa de Orange contra la corona española, así como la guerra y todas las consecuencias. En cualquier caso, es de lectura ágil y en líneas generales me ha gustado.